martes, 21 de agosto de 2012

Sinónimo de Lanzadera, "Westfield".


<<Disculpa os pido por la falta de actualización de artículos en nuestro blog debido a una serie de acontecimientos laborales que nos han hecho demorar hasta día de hoy. Aún así es mejor tarde que nunca>>


Hoy escribo desde Connelles (Francia) donde estoy ejerciendo mi profesión actualmente en un preciado Hotel. Pero no he venido a hablaros de mi hotel, si no de los espectaculares coches que cruzan por aquí y que más de uno para su motor y se dejan contemplar por su indudable belleza.

El dueño del hotel posee una buena gama de vehículos antiguos que el convirtió en reliquias bien restauradas como un Mercedes SE, Westfield Cosworth y Citroen SM.

Comento que he podido montarme en los dos últimos pero el que dejo huella en mi fue el Westfield y puedo demostrarlo con un espectacular vídeo (que subiré más adelante) que hice a bordo.

No cabe duda de que hablamos de un vehículo anciano pero fuerte como un roble y que sigue dando la talla llamando la atención de todo el mundo allá donde circule con su motor de cuatro cilindros turboalimentado que, al succionar la gasolina, la transforma en potencia y sonido dejando grabada su propia firma, deportividad.
Este bicho de apenas 400 kg está fuertemente propulsado por un motor de 1993cc  repartidos en cuatro cilindros e inyección electrónica además de ser turboalimentado y refrigerado con un intercooler, desarrollando así 220 cv a 6.000 r.p.m. , que aunque a algunos les parezca pocos caballos, le recomendaría leer de nuevo el principio del párrafo.

Uno de los aspectos más positivos de este Westfield redunda en la ausencia de electrónica, Parca de muchos vehículos actuales por su multitud de conexiones. Suerte que este le de de espalda para ofrecer potencia solamente obtenida por medios mecánicos garantizando así un coche fiel y duradero como los antiguos 1.9 SDI sin turboalimentar y sin electrónica siendo inmortales.

Hay más cosas que cabe detallar de este clásico; Un chasis ultraligero de fibra de carbono, propulsión sin controles donde encontrarás la diversión al reducir marcha y acelerar hasta el corte mientras giras brevemente el volante ofreciéndote un buen trompo (si sabes controlarlo), dos asientos bien envolventes que te sujetan hasta el más descontrol y lo más importante, es cabriolet.

Respecto a la sensación tengo que comentar que es bastante enérgico. Puedes sentir la velocidad incluso antes de ponerse en marcha, su perfil rebajado y estar tumbado cerca del tren trasero te hace sentir en una lanzadera a la espera de la puesta en marcha del motor que, cuando engrana la primera marcha, te pegas al asiento como si de una lapa se tratase y empiezas a sentir el aire en la cara. La cosa no acaba, cuando pisas embrague, aceleras, engrana las segunda y suelta el embrague con sutil rapidez  el coche te devuelve un latigazo a la par de un fuerte rugido grave de motor que sin control te hace provocar una gran sonrisa, ¡Qué placer!. Un aspecto levemente negativo pero normal y no controlable es que debes cerrar la sonrisa ya que a 120km/h puede que sea algo desagradable.




 En conclusión, dejas en el paro a los camioneros para sentirte como el rey de la carretera  con aquel interminable morro y faros redondos a la lejanía, ese perfil bajo que te hará sentir el calor del asfalto y la potencia de una lanzadera que abre la cuadra a los 220 caballos dándole rienda suelta para ti.



Juan Sánchez Guzmán

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